A veces o muchas veces la vida se nos presenta como dolorosa, ruin, gris, como con neblina, y todo nos resulta insatisfactorio… o al menos demasiado costoso y laborioso. Las cosas no suelen salir ni tan bien ni tan rápido como en las películas. Normalmente el director omite las piedras que en la vida real obstaculizan las relaciones humanas. Estas piedras son las cosas que damos por sentado: y entre esas ideas irrealistas que tenemos, hay algunas acerca del amor.
Seamos realistas con el amor
Hay momentos en la vida en las que sentimos la necesidad de aflojar la marcha para pensar en lo que hemos logrado a lo largo de nuestras vidas: las relaciones buenas y malas, los éxitos y fracasos, las compañías y soledades, sueños y pesadillas, creencias motivadoras y limitantes…
Y dentro de todo esta revisión que hacemos de nuestra vida, también es normal cuestionarnos acerca del amor, para intentar encontrar un concepto realista de lo que es el amor.
La mayoría de las mujeres (y ojo, que los hombres también) han vivido la mayor parte de sus historias amorosas basadas en una idea romántica sacrificada e incondicional del amor. Se han creído que la vida no tiene sentido sin su “amado” y por eso han soportado lo insoportable, lo impensable. Se han creído que el amor es sacrificio, que el amor es para siempre y que sólo sucede una vez. Por eso, muchas se quedan ancladas en relaciones que no funcionan.
Se puede ser optimista y realista a la vez
¿Todo te sale mal? ¿Estás cansada de la rutina de la vida? ¿Harta de los deberes y responsabilidades que tienes?
En este artículo te invitamos a dejar la negatividad a un lado, a no juzgar a los demás tan duramente, y sobre todo, a comprender que a pesar de las circunstancias, tú puedes tener un día maravilloso.