Siempre haciendo lo mismo…
las mismas rutinas, los problemas con los mismos remedios… a veces la vida y nuestro propio cuerpo nos está suplicando cambios.
Cuando el amor se hace costumbre
Siempre hemos tenido la convicción y los sueños de saber que cuando nos llegue el amor éste será por siempre y para siempre.
Vivimos en ese mundo en el que esperamos conocer a ese príncipe azul, al cual le entregaremos todo nuestro amor y nos amará de tal manera que tornarán nuestra vida en un hermoso cuento de hadas…
La mujer y la rutina
¿Cuántas veces nos quejamos de la rutina? ¿Cuántas veces ya cansadas de esa rutina caemos en depresión?
Siempre he pensado que nosotras las mujeres tenemos la solución en nuestras manos, aun antes de que un problema empiece.
Caemos en la rutina, porque la mayoría de veces, pensamos equivocadamente que cuidando del hogar y nuestras obligaciones estamos cumpliendo con una obligación, pensamos también que cuidando nuestra apariencia física externa, es suficiente para mantener nuestro matrimonio.
La rutina del amor
Era una de esas tantas veces que discutíamos sobre cosas sin importancia, hablábamos de trivialidades, y así nos debatíamos en banalidades.
Siempre a la espera de la ansiada hora para salir a mi trabajo, tú para el tuyo donde pasarán las horas estrepitosamente, y tú, inmutable sentado en la oficina mirando tras la ventana la cotidiana vida, sin hacer nada por cambiar la misma rutina.
Tú preocupándote de leer el periódico para ver el deporte, primero el baseball, luego todos los demás, aunque ni lo entiendas, es sólo costumbre como toda tu vida que se basa en costumbres.