¿Te has preguntado alguna que otra vez, por qué se suceden cosas dolorosas en tu vida? Apuesto, que sí. Imagino que algunas veces cuando estás a punto de tirar la toalla, piensa ¿Por qué? Y no encuentras una respuesta, sin embargo, sigues adelante, y pasada la tormenta, sales airosa de esa situación.
Nada es para siempre
Hemos crecido siendo educadas en la cultura del apego, en la visión de que todo es permanente, y desde ahí aprendimos a aferrarnos a cosas, personas, vínculos, recuerdos y creencias.
Pero a veces no es tan bueno estar aferradas y apegadas a las cosas y personas, también puede convenirnos aprender a ser más desapegadas… pues nada es para siempre.