Amigas queridas:
Nos han llegado cartas muy tristes ante la rabia, la impotencia y desesperación por desterrar y sacar las espinas que aún duelen, pues a pesar de intentar sacar los recuerdos dolorosos que llevan esas mujeres en el alma, siguen padeciendo de melancolía, de añoranza, de tristeza, de soledad, dolor y lágrimas. Pareciera que el infortunio o el destino se ha ensañado y no quiere soltar el corazón de sus presas.