La mecánica de nuestras vidas en sus diferentes manifestaciones amigas queridas, está llevando a la mujer a una situación de verdadera desesperación, confusión y caos, obligándola a tomar determinaciones de emergencia con resultados igualmente negativos.
La vida moderna nos exige cambios es cierto, pero estos cambios nos están llevando muy de prisa hacia la competencia social, y es urgente aprender a sentir hondo y a pensar claro sobre cuáles son nuestras responsabilidades y dónde terminan los compromisos que tenemos con los demás.