¿Por qué sino nos quedamos junto a hombres que nos dan casa, comida, ropa y caprichos, pero que a su vez nos hacen sufrir abusos o simple falta de amor?
El amor no se vende, es un sentimiento, no tiene precio. Pero el amor a veces queda confinado a un rincón del corazón a favor de un poco de comodidad y seguridad.