La muerte de un miembro de nuestra familia deja una huella de dolor que es muy difícil recorrer.
Sin embargo, por nuestros hijos, hay que seguir adelante.
Nadie escapa de la muerte, es parte de la vida…
Nos guste o no, es una escalera de dolor que debemos subir.
Por eso, aunque se nos vaya parte de nuestra vida,
necesitamos aceptarlo y saber explicarlo a los nuestros.
Aunque parezca duro, siempre es bueno dejar todas las cosas claras, y seguir viviendo, haciendo frente a este triste suceso.