El amor no se ruega, el amor se da o no se da.
Nunca ruegues por el amor de un hombre. Por mucho que le quieras, no pierdas tu dignidad; respétate como mujer valiosa que eres.
¿Y si es él quien vuelve a ti, pidiéndote perdón y una nueva oportunidad? Lo mismo: respétate, dignifícate, no eres un juguete de quita y pon, eres una mujer que merece estabilidad, un amor fiel que no va y viene.